Fue un viaje cortito, tan solo unos días que nos sirvieron para cargar las pilas, o para descargarlas. mas apropiadamente dicho...Los días invernales y el viento nos sirvieron de excusa para dormir mucho...talvez demasiado, abrazados bajo el acolchado, con la calefacción empañando los vidrios. Fue raro volver a caminar de la mano en la costanera sin tener a donde ir...o tirarnos en un banco hechos un nudo para atrapar los esquivos rayos de sol que se colaban tras las nubes.
Cenábamos con el sol poniéndose a las 10:30 de la noche en el restaurante que nos quedara de paso y luego al hotel donde compartíamos un wisky mientras J se fumaba un cigarrillo y yo prendía la computadora.
Todo renace... si es verdadero... o talvez solo se despeja... tan tapado como puede estar el amor por la cotidianidad, el trabajo, los tiempos, los compromisos, etc....pero allí abajo sigue estando.
Me alegro de que cargases las pilas, a veces es lo que hace falta.
ResponderEliminarUn saludo
Esas salidas vienen bárbaras! y aunque no te veo estoy segura que esos mimos te hicieron mas que bién! Un abrazo.
ResponderEliminarQue bueno !! Es cierto a veces la rutina tapa todo, es bueno cada tanto que resurja...
ResponderEliminarBesos.